No sabía si mi nieta ya había aprendido a reconocer los colores, por lo que decidí comprobarlo…
Entonces le iba señalando cosas y le preguntaba de qué color eran…
Así durante un rato, siempre contestando correctamente… Hasta que yendo hacia la puerta, me dijo…
Abuela, yo creo que tú puedes reconocer esos colores por ti misma…