Actualmente, las parejas tienden a separarse argumentando diversidad de incompatibilidades; algo que no vieron -o no quisieron ver- durante el noviazgo. Rompen con facilidad un vinculo que se comprometieron a mantener tanto en las buenas como en las malas. Ya no les gusta batallar, si se ven ante alguna dificultad o adversidad inmediatamente piensan en la separacion, rompiendo así la promesa que se habian hecho.
Seguramente esas parejas desconocian que tener -y mantener- un matrimonio feliz exige una inversión de tiempo y energía. Y que no deben desilusionarse si sus esfuerzos no rinden resultados inmediatos terminando por concluir que el matrimonio exige demasiado trabajo.
Las parejas felices enfocan su relación de otra manera; buscan construir un matrimonio feliz y duradero, observando estas sencillas reglas: