Seguramente usted ha oído hablar a personajes del espectáculo que gustan
de fanfarronear descaradamente. Ponen en evidencia la falta de humildad y su
prepotencia en cualquier oportunidad.
Y es que la indigencia de valores y la escasez cultural forman un coctel
que suele hacer que aflore el naco que todos llevamos dentro.
Pero como todo ser humano, cuando algo nos gusta, siempre tendemos a perfeccionarlo, y este caso no es la
excepción. Ahora vemos a personajes que gustan de fanfarronear pero con estilo,
evocando una falsa modestia. A esta nueva modalidad se le ha llamado
humblebrag.