Por lo general es visto como el ogro de la casa y esto se debe en buena parte al arma final de las madres para controlar a los hijos: “Ya verás cuando tu papá llegue” “Le voy a decir a tu papá” “Esto lo tiene que saber tu papá”, y el pobre padre que apenas llega del trabajo -sin haber visto a sus hijos durante todo el día, ya que cuando salió ellos aun dormían- es recibido con una larga lista de quejas de lo que hicieron los hijos durante el día. Y es entonces que tiene que poner orden y llamar la atención a uno que no hizo la tarea, a otro que se salió de clases, a aquel que rompió el cristal de la vecina, y es ahí donde los niños dicen “Uy, no lo vemos en todo el día y solo llega a regañarnos”.