Nadie comprende mejor que el artista la importancia de la libertad, pues solo en la atmósfera de la libertad pueden florecer las artes.
Si, los artistas y sus benefactores son libres de pensar lo impensable y de crear lo mas audaz; son libres de cometer a la vez horrendos errores y gloriosas celebraciones. Donde hay libertad triunfa el arte.
En las sociedades totalitarias del mundo, todo arte es “oficialmente aprobado”.
No es la expresión del alma, sino del Estado. Y el arte sancionado por el Estado habitualmente es el arte del mínimo común denominador.
Esto no significa que en los países totalitarios no puedan encontrarse grandes artistas que aman la verdad del arte. Visitemos una carcel y encontraremos a muchos de ellos.
Sus buhardillas son las celdas de las cárceles; su crimen es que se niegan a encadenar su espíritu y a confinar su alma. Tal vez estos artistas no existan para los demás, pero todos ellos son héroes.
Se que ustedes se solidarizan con ellos, y espero que continúen rindiéndoles homenaje celebrando la libertad en sus obras y en sus vidas.
