Cuando se advierte que para producir
se necesita obtener autorización
de quienes no producen nada;
cuando se comprueba que el dinero fluye
hacia quienes trafican no bienes, sino favores;
cuando se perciba que muchos se hacen ricos por
el soborno y por influencias más que por el trabajo
y que las leyes no lo protegen contra ellos sino,
por el contrario,
son ellos los que están protegidos contra usted;
cuando repare que la corrupción es recompensada
y la honradez se convierte en un auto sacrificio,
entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse,
que su sociedad está condenada.
- Ayn Rand