"Los dogmas de la religión civil deben ser sencillos,
en número reducido, enunciados con precisión,
sin explicaciones ni comentarios.
La existencia de la divinidad poderosa,
inteligente, bienhechora, previsora y providente:
la vida futura, la felicidad de los justos,
el castigo de los malvados,
la santidad del contrato social y de las leyes;
he ahí los dogmas positivos.
En cuanto a los negativos los limito a uno solo,
la intolerancia,
que forma parte de todos los cultos
que hemos excluido".
Referencia que -en el contrato social- estableció sobre los dogmas positivos y negativos de la religión civil el genio suizo J.J.Rousseau.
Sus ideas fueron un poderoso fomento para el estallido de la revolución Francesa y el movimiento liberador de las repúblicas americanas.